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Hemorragias

 Hemorragias

El sangrado o hemorragia es la pérdida de sangre. Puede ser externo o dentro del cuerpo. Usted puede sangrar al hacerse un corte o una herida. También puede ocurrir cuando sufre una lesión en un órgano interno.

¿Hay diferentes tipos de hemorragias? ¿Cómo distinguirlas?

Las hemorragias se pueden clasificar:

  • Según el tipo de vaso sanguíneo:
    • Capilar: afecta a vasos superficiales que irrigan la piel y se cierra por sí misma. Está causada por traumatismos y se suelen formar hematomas.
    • Venosa: sangre roja oscura. Es más fácil de controlar que la arterial.
    • Arterial: salida abundante e intermitente de sangre roja brillante.
  • Según la localización de la sangre:
    • Externa: sangre que sale al exterior a través de una herida.
    • Internas: la sangre no fluye al exterior y se acumula debajo de la piel o en una cavidad orgánica. Se trata de hemorragias venosas o arteriales, que pueden ser causadas por fuertes golpes abdominales, caídas al vacío, accidentes de tráfico, etc.
    • Exteriorizadas: internas que salen al exterior a través de un orificio corporal, como oído, nariz, boca, ano, vagina…
    • Actuar según dónde se localiza

      Es muy importante saber cómo actuar o qué medidas tomar ante cada tipo de hemorragia.

      Ante una hemorragia externa: hay que realizar una compresión directa, aplicando gasas sobre la herida y haciendo presión fuerte. La presión directa se puede sustituir por un vendaje cuando la herida pare de sangrar, cuando la superficie sea amplia o si hay más heridos para atender.

      Si la hemorragia se produce en las extremidades, se debe elevar la parte lesionada por encima del corazón, disminuyendo la presión de la sangre en el lugar de la herida y haciendo, en cambio, presión directa sobre la arteria correspondiente, según sean brazos o piernas, comprimiendo con la yema de los dedos el vaso sanguíneo contra el hueso situado debajo de la arteria.

      Si sangran los miembros superiores, haremos presión con la palma de la mano sobre la arteria braquial o humeral (situada en el brazo; hay que presionar a la altura de la flexura o parte delantera del codo).

      Si el sangrado se produce en los miembros inferiores, presionaremos con el talón de la mano en la ingle, sobre la arteria femoral, que recorre la pierna desde el muslo hasta la parte posterior de la rodilla.

      Ante una hemorragia interna: si es capilar, basta aplicar frío local sobre la piel (protegiéndola con un paño o una gasa), ya que el frío contrae los vasos sanguíneos y reduce el hematoma. Si es venosa o arterial, tendremos que vigilar si el abdomen está sensible o rígido, si hay sensación de mareo o desvanecimiento, palidez extrema, pulso débil o imperceptible, o si aparecen hematomas, sangre en vómito o sangre por recto o vagina.

      Ante una hemorragia exteriorizada: existen diversos tipos y formas de proceder:

      • Otorragia (hemorragia en el oído): es la única que no hay que intentar detener, puesto que si no dejamos que salga la sangre, ésta se acumula en el interior del cráneo y puede ocasionar graves lesiones. Hay que tumbar al afectado del lado por el que se produce la hemorragia, colocar una gasa que empape y trasladarlo al hospital.
      • Epistaxis (hemorragia nasal): colocar a la persona sentada y con la cabeza inclinada hacia delante; tranquilizarle y comprimir con dos dedos las fosas nasales durante al menos cinco minutos. Si al levantar la compresión, la hemorragia no ha cesado, será necesario reanudar la compresión. Cuando la hemorragia es importante, se utiliza el taponamiento con gasa enrollada y mojada en vaselina o agua oxigenada mientras se traslada a la persona un centro sanitario.
      • Hemoptisis (hemorragia proveniente de bronquios o pulmones): colocar al afectado semisentado (sentado con la espalda reclinada hacia atrás en un ángulo de unos 45 grados), aplicarle hielo en el tórax, conservar la materia expulsada tras los golpes de tos y acudir a un centro sanitario.
      • Hematemesis (sangre que sale por la boca proveniente de vías digestivas): colocar a la persona afectada en posición decúbito supino (acostada boca arriba en el sueño) y aplicar hielo en el abdomen.
      • Hemorragia del ano: si son rectorragias, la sangre es de color rojo intenso, y habría que aplicar un apósito absorbente. Si son las llamadas melenas, las heces son de color negro y malolientes, lo que requiere un traslado urgente al hospital.
      • Hemorragias vaginales: si el sangrado es abundante, consultar con un profesional sanitario.
      • Hematuria (sangre en la orina): hay que acudir a un centro sanitario.

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